«Pausa, sueño, palidez es, al mismo tiempo, una venganza pictórica y un homenaje al influjo afectivo del cine, lo cual es siempre una actitud distintiva de quien respeta el valor de su adversario. A la apresurada inflación icónica de nuestro tiempo, Cruz responde atenuando el soporte, ralentizando la narcosis y rescatando imágenes de un acervo ya existente –siendo esto último algo común en su práctica–. Me parece una manera astuta, quizá la única, de recuperar cierto sosiego y algo de tiempo frente a la promiscuidad de la significación. También es una forma humilde de ejercer la crítica sin recurrir a la pomposidad vacía a la que estamos acostumbrados. Que no se inquiete el espectador: aquí, mirar no es trabajar y nada de lo que hay tiene intención de sorprender.»

Belén Zahera

___

Galería Javier Silva | 20.9-9.11
Catálogo completo: aquí