Un proyecto de Julián Cruz y Carlos Fernández-Pello

Para poder hablar de NUDO (2016—2018) tendríamos primero que recordar el hecho que lo hizo posible, la publicación de Secret Knots entre 2014 y 2016: se trataba de un boletín trimestral basado en el formato de los archivos que el Museo de la Tecnología Jurásica de Culver City había dedicado a Bernard Maston, Donald R. Griffith y Geoffrey Sonnabend. Aunque estos trabajos se desarrollaban en el campo de la filosofía de la ciencia, decidimos orientar su influencia dentro los parámetros de la práctica artística y, en concreto, con la colaboración de otros artistas visuales españoles que consideraban que la escritura era una extensión más de su práctica. Secret Knots, y después NUDO, conservaban el subtítulo de que ambas constituían “una suerte de alucinación racional que proporcionaba al lector el placer de conocer reliquias y artefactos de un universo adicional al nuestro, que se puede ver y que quizá se deba ver”. Aunque se tratara de una revista más orientada a la narrativa que a la crítica (aun siendo esta imprescindible), no dejamos de lado “hablar del arte desde el lenguaje y las coordenadas del arte”, fomentando con ello una discusión sobre los conceptos de “estética”, “crítica” y “cultura”. Los boletines trimestrales se estructuraban en la unión y desunión (o dialéctica) de términos contrapuestos: Sólo las cruzadas aspiran a ser racionales, Breves cuestiones sobre la magia, Juegos de sociedad o Tan lejos y tan cerca, Bizancio, sumando un total de 49 contribuciones por más de 25 autores distintos.

Al desaparecer “los nudos secretos” dimos paso a NUDO. Considerábamos que había que afianzar el esfuerzo por desarrollar nuestro trabajo en el contexto de la ciudad de Madrid. Lo cierto es que nuestra idea fue más ambiciosa, aunque inviable a la larga: queríamos abandonar el boletín (diseñado para su edición en papel) y sustituirlo por el formato de una revista online más accesible, con mayor contenido y regularidad.

Durante los dos años que duró el proyecto publicamos: El canon y el relato (que tuvo también su aparición como programa de radio, Radio Nudo, en la desaparecida revista El Estado Mental), Lo peligroso y lo necesario y El sistema y lo fantástico. Aparte, hubo una columna regular llamada “Debate”, donde los textos, aunque no dependían del número, ayudaban a amplificar su contenido. En esta época colaboraron 22 nuevas personas.